Retratos o semblanzas, por un ojo detallista

“(…) La mayoría de las habitaciones están amuebladas a la europea, con sillas y mesas, camas y divanes, muy resistentes, aunque ordinarios e incómodos. Constaba de dos habitaciones, un cuarto de baño, y un porche – solario con paredes encristaladas. Los suelos estaban cubiertos con parduscas esteras, llamadas tatamis, y varios almohadones de seda cruda; una pintura sobre papel que representaba carpas doradas nadando colgaba en un nicho de la pared, y debajo, sobre una mesita, había un jarrón lleno de lirios y hojas rojas, dispuestos un tanto al azar”. Así es como Capote, en Retratos, describe puntillosamente y casi a la perfección, la suite del actor estadounidense Marlon Brando – del hotel Miyako de Kyoto, en Japón – en un extenso retrato que el autor le realizó, mientras rodaba Sayonara.Dentro de esta obra, Capote presenta una serie de cuadros o semblanzas en las que intenta demostrar las características de cada personaje: la de la actriz Marylin Monroe, la del actor Marlon Brando, la del músico y compositor Louis Armstrong, la de la actriz Elizabeth Taylor, entre otras.Esta densa, pero perfeccionista obra, trata de darnos una idea de cómo eran los amigos de Capote, más allá de lo que la fama y el éxito ocultaba generando una imagen siempre positiva del famoso. Un ejemplo es cuando Capote hace referencia a los gustos alcohólicos de Marlon Brando: “(…) Aunque Brando no es abstemio, su apetito es más frugal cuando se trata de alcohol. Mientras aguardábamos la cena, que iba a ser servida en la habitación, me sirvió un generoso vaso se vodka con hielo, pero él sólo tomó un traguito, por cortesía”.Capote no sólo define a los personajes, sino que busca, a través de las extensas descripciones y explicaciones de hechos, meter a los lectores dentro de esos cuadros o retratos que fueron expuestos en la obra.

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